"No Senhor está a Misericórdia e com ele Abundante Redenção" (Salmo 130, 7)
"No Senhor está a Misericórdia e com ele Abundante Redenção" (Salmo 130, 7)
Bom Natal!
IV Encontro Formação Europa-Sul
«Del 6 al 8 de abril ha tenido lugar en Vila Nova de Gaia el IV encuentro entre formandos y formadores del sur de Europa. Ésta ha sido una nueva oportunidad para compartir vida, reflexión y misión entre los que estamos en formación y los formadores de nuestras provincias; este año en torno a nuestras Constituciones redentoristas como tema principal.
Nos reunimos en Gaia un total de 27 personas: 3 portugueses, 2 de Estrasburgo, 12 venidos de Italia y 9 de
El considerar las Constituciones nos ayudaba a hacer un recorrido con P. Tobin por cuestiones fundamentales de nuestra vida y carisma: la misión; la comunidad apostólica; nuestra consagración misionera; la formación en
Naturalmente se indicaba que éste será un proceso a realizar progresivamente y en la medida que las distintas realidades provinciales lo permiten. Sin embargo, aún siendo proyecto común -que a todos afecta- y que de todos exige una continua y sincera conversión (c. 20), no deja de ser cierto que esto implica de manera especial a los redentoristas con posibilidad de movilidad y de aprender idiomas; ya que estos se tornan requisitos indispensables para nuestra misión a nivel europeo.
A lo largo de estos días, P. Tobin nos advertía de que la misión puede llegar a convertirse en un slogan si no partimos del sentido hondo que ésta cobra en nuestras Constituciones, que nos definen por ello como “cooperadores, socios y servidores de Cristo en la gran obra de la redención” (c. 2). De este modo nos invitaba a entrar en los nuevos “areópagos de Europa”: los medios de comunicación social (especialmente internet), el mundo juvenil, la teología moral, el ecumenismo y el diálogo interreligioso e incluso un diálogo sin complejos con nuestra sociedad secularizada.
En sus diversas reflexiones, P. Tobin, nos invitaba a ir más allá de nuestros deseos y de nuestra voluntad y a confrontarnos con el abandono de aquellos que nos rodean sabiendo darle una respuesta. “Buscar únicamente mantener aquello que tenemos sería una desilusión para todos” nos decía, y con ello señalaba cómo las decisiones que se tomen han de surgir de las opciones pastorales que se hagan. Igualmente se nos sugería la necesidad ser “testigos creíbles” y por ello hacer una inculturación reflexiva, como misioneros que sean capaces de contrastarse con el evangelio.
Es de subrayar y agradecer la presencia y cercanía tanto del Padre General emérito, J. Tobin, como de los provinciales asistentes, que en todo momento se mostraron disponibles y cercanos para atender cualquier duda o cuestión surgida acerca de la formación que se forjará en nuestra Conferencia europea. Del mismo modo agradecemos a nuestros cohermanos portugueses su acogida y generosidad, que nos permitió, además del encuentro formativo y fraterno, visitar la ciudad de Oporto y Gaia e incluso el Santuario de Fátima, el día antes de regresar.»
Víctor Chacón Huertas, CSsR
Há 277 anos...
Não foi um início assim tão heróico nem brilhante... passados poucos meses já estavam dispersos! Não fizeram nada de grandioso ou que enchesse o olho do mundo da altura. Mas, verdade verdadinha, o que é "grandioso"?
Uma coisa eu sei: sem eles, eu hoje não seria quem sou. E dever a própria vida a alguém, para mim, é grandioso! Sem aquela manhã de 9 de Novembro, sem aquela decisão, sem aquele compromisso da meia dúzia não me entendo a mim mesmo como gente, hoje. Não eram nada de especial... cada um com as suas manias, cada um com as suas coisas, cada um com a sua verdade e também as suas sombras... cada um assim, com os cada uns de cada qual...
Mas só Deus sabe o que faz com o barro a que deita as mãos... Em 277 anos pergunto-me pelo número de pessoas cuja vida ficou profundamente transformada por causa daquela manhã... Quantos milhares de missionários redentoristas espalhados pelo mundo fora, durante estes quase 300 anos... Quantos familiares seus... Quantos milhões de pessoas os conheceram, os amaram, escutaram da sua boca o Evangelho da Vida e reconheceram nas suas atitudes a Boa Notícia da Salvação...
Será possível "medir" as consequências da fidelidade? Da fidelidade aos momentos mais simples, mais entusiasmados, ainda que não grandiosos aos olhos do mundo, ainda que não pomposos? Será que conseguiremos alguma vez "medir" as consequências da nossa fidelidade aos momentos mais pequenos? Como aquele, naquela manhã de outuno em Scala?
Ou será que essas "contas" têm mesmo que ficar para Deus e a nós fica-nos o desafio da FIDELIDADE?
Ano após ano, neste dia, não deixo de me espantar e louvar o Bom Deus pelas consequências admiráveis daquela reunião de meia dúzia de amigos, no dia 9 de Novembro de 1732, em Scala... e, já agora, de sentir-me vaidoso por pertencer a esta história, a esta aventura do Espírito no meio da sua Igreja que me faz ser Missionário Redentorista.
EXPERIENCIA MISIONERA
Inicialmente iba destinado a Trojes (Honduras) a una pequeña parroquia rural que atiende a numerosos poblados muy dispersos por las montañas hondureñas. Pero, pocos días antes de partir (mi avión salía el 7 de julio) estalló el conflicto político en Honduras con el golpe de Estado y la situación se puso bastante fea. El toque de queda y la fuerte presencia militar no aseguraban la estabilidad en el país. Cambiaron mi destino a Managua (Nicaragua), y no sin pena accedí en el cambio. Nicaragua era un terreno novedoso y no explorado para este tipo de experiencias en que se envían a jóvenes voluntarios a colaborar en el terreno y a mí me pidieron ver qué tal era, para ver la posibilidad de enviar luego más gente allá.
En Managua los misioneros redentoristas tenemos dos comunidades que atienden dos parroquias de la capital nicaragüense: El redentor (parroquia más céntrica) y la Santísima Trinidad (a las afueras de la ciudad). Yo estaba destinado a esta última, ese iba a ser mi primer destino misionero en América y allí me esperaba una comunidad de tres personas, dos sacerdotes y un estudiante teólogo en año de práctica pastoral.
Ante estas y otras realidades que me encontré, yo me sentí invitado como misionero, a decir una palabra. No mi palabra. Sino la Palabra de Dios. Para poder proclamar esta Palabra de manera creíble, intenté no dedicarme a una única cosa sino trabajar con mis hermanos las distintas dimensiones de la fe:
- Palabra celebrada. Ante todo, yo iba a Nicaragua como misionero y anunciador del evangelio, como redentorista, y esto hacía que la tarea pastoral y evangelizadora ocupara un lugar central de mi atención y de mis esfuerzos allí. Gran parte del tiempo lo pasé celebrando la fe con las pequeñas comunidades cristianas de los barrios que me rodeaban en: eucaristías y celebraciones de la Palabra, asambleas familiares en las casas, visitas de enfermos, predicaciones… oraciones de otro tipo. Estas ocasiones eran momentos privilegiados para compartir la fe con otros creyentes y descubrir la peculiaridad de su cultura y la riqueza de su manera de entender y celebrar a Cristo. ¡Mucho más viva y con más alegría de lo que en Europa estamos acostumbrados!
- Palabra formativa. Esa misma palabra compartida en oraciones y eucaristías empujaba a profundizar en nuestra fe y hacerlo de manera formativa, que pudiera aprovechar a todos y ampliar la riqueza de miras que podemos tener. En este ámbito pudimos hacer la visita a las asambleas domésticas que hacían adultos y niños en sus hogares, y también encuentros juveniles de formación y consolidación de una pastoral juvenil. Así como también la catequesis de niños que yo acompañé en menor medida.
- Palabra caritativa. Llega un momento en el que la fe no se me podía quedar en oración o formación; mi visita no podían ser sólo palabras que arrastrara el viento. Por ello, otra dimensión de mi presencia en Centroamérica era la parte social y humana. También fui enviado en este viaje no sólo como misionero, sino además como miembro de la ONG redentorista española “Asociación para la Solidaridad”. Una ONG para el desarrollo que busca ayudar a estas situaciones de especial necesidad, colaborando con el apoyo a las misiones redentoristas. La otra parte de mi trabajo era reunirme con la gente de los barrios y escucharlos, saber cuáles eran sus problemas, sus necesidades, sus inquietudes, y ayudarles a formarse y a redactar un proyecto de desarrollo para sus realidades empobrecidas que responda al bien de la mayoría.
Esta última parte de mi tarea fue especialmente enriquecedora para mí. Suponía iniciarles en una forma de trabajar nueva para ellos, cooperativa, de asociación, en la que nadie está por encima de nadie ni tampoco nadie podía adueñarse de un proyecto que era siempre de la comunidad, pertenece a todos (Por ello leíamos Juan 13). Les intenté enseñar a trabajar juntos por algo que beneficiaba a más personas que a ellos solos. Aunque conseguimos juntos formular varios proyectos que ayudaran a responder a sus necesidades más inmediatas, yo no siento que haya hecho mucho por ellos. Más bien creo no haber aportado nada que no estuvieran haciendo ya los otros tres redentoristas. Mi visita sólo sirvió para ensanchar mi mente y mi corazón escuchando a gente que sin tener mucho es capaz de dar lo mejor que posee y agradecer infinitamente el más mínimo detalle.
Así son los nicaragüenses, cálidos, como su país; generosos y acogedores. Me hicieron sentir en casa, en familia, y me enseñaron a ser un poco más y mejor misionero. Por eso, y aunque pueda parecer tópico, siento que yo he de agradecerles mucho más de lo que ellos me agradecieron a mí, verdaderamente recibí mucho más de lo que di. Gracias. Creo que ahora puedo seguir estudiando teología mucho mejor. Con los pies en la tierra. Y con la cabeza abierta a más realidades que las de Europa, y teniendo presentes en la memoria muchas nuevas personas y realidades que me ayudan a crecer en mi fe y en mi amor a Dios y a los hombres. No lo olvidaré fácilmente.
Víctor Chacón Huertas, CSsR
Gennaro Sarnelli cssr (1702-1744)
É hoje reconhecida grande amizade que Afonso teve com Sarnelli. Muitas das obras que Afonso escreveu mais tarde partiram de esquemas e livros incompletos que Sarnelli deixou. É como que um dos Pais da fundação da CSsR.
Partilho um texto dele, breve, que considero interessante. Trata-se de um dos muitos textos que usava na catequese e evangelização fundamental de adultos em Nápoles. Naturalmente que temos de aceitar a linguagem própria do século XVIII. Um grande abraço!
«Para adquirir o amor cristão, não se deve olhar o próximo com os olhos humanos, mas com os olhos da fé. Quem olha o próximo com os olhos humanos, o reconhece muitas vezes como indigno, abominável, soberbo, fastidioso, inoportuno, inquieto, inimigo, perseguidor, malfeitor. E aí o coração humano inclina-se a os olhos humanos a desdenhá-lo, a língua humana a dizer mal, a mente humana a desprezá-lo e por vezes as mãos humanas correm para ofendê-lo.
Mas quando a alma se na fé e com os olhos da fé vê o próximo, parece-lhe outra coisa muito diferente de antes. Descobre-o digno de ser estimado, auxiliado, amado como a si próprio, seja ele uma pessoa comum, em qualquer estado e condição que se encontre, e quaisquer que sejam os seus tratos, costumes e comportamentos, ainda que os considere amargos e desagradáveis.
A razão humana pinta o próximo tal como ele é na sua natureza. A razão da fé propõe-no como ele é em Deus. Por isso, se o homem se sente movido a desprezar um outro homem defeituoso, o cristão, e ainda mais a alma espiritual, não deve desprezá-lo, mas estimá-lo e amá-lo com um coração fiel como a própria vida.
Eis o que é o nosso próximo visto à luz da fé e revisto com olhos fiéis. Qualquer próximo se encontra no seio de Deus. É criatura de Deus, formado à imagem da Santíssima Trindade. Como crente é membro do corpo da Igreja, de quem a cabeça é Cristo; é filho adoptivo de Deus, readquirido a aspergido com o sangue de Jesus Cristo; é templo do Espírito Santo, herdeiro do Paraíso, companheiro de anjos e de santos, nosso irmão e comensal nesta Igreja militante na terra, e depois na triunfante no céu.
Assim, pertencendo o homem por tantos títulos e cuidados a Deus e a nós, não pode Deus não ficar enormemente honrado pela caridade que nós usamos com o próximo. Pelo qual, não pode não ficar Deus enormemente ofendido pela injúria que façamos ao próximo. Ele recorda-nos que quem ofende as suas criaturas racionais, ofende a pupila dos seus olhos. A fé ensina esta grande verdade. E alma deve viver e esperar na fé, se quer encontrar-se fiel diante de Deus.
Vê, ó alma, quanto Deus é zeloso da caridade que deves usar para com o próximo. E com quanta razão pretende de ti um perfeitíssimo exercício desta santa caridade e como te deves desempenhar com toda a minúcia e perfeição, se queres tornar-te grata àquela imensa e eterna caridade divina, a qual não pode não derramar a plenitude do seu amor sobre aquelas almas que espalham toda a sua caridade para com o próximo, pelo amor e pela honra do Deus que o pede.»